El último ingreso de
mi padre duró casi un mes. Fue por una infección de la herida de la operación
anterior, le operaron de urgencia para "limpiar", pero a pesar de que
pudieron quitar la mayor parte de infección, fue necesario ponerle un aparato
de terapia V.A.C. Al principio pensaba que era simplemente un aparato que
"chupaba" los restillos que quedasen de la infección, pero es mucho
más.
En heridas
complicadas, cuando no curan de manera natural, tienden a infectarse y hay
mucho tejido que recuperar (no me refiero a piel, sino a tejidos internos, en
el caso de mi padre le habían operado por segunda vez de un tumor en la axila,
se había radiado la zona, quitado la cadena ganglionar y tenía un
"agujero" importante) la mejor manera de "ayudar" a la
curación y cierre era a través de esta terapia.
La terapia VAC
(Vacuum Assisted Clousure) consiste en poner una
especie de esponjita (esponja de polímero
poroso) que se adapta al hueco de la herida. Esto hace un vacio, y a través de
un tubo y mediante un sistema de presión negativa, continua o intermitente, el
sistema crea un entorno de curación para la herida único. Está demostrado que
potencia el proceso de curación, reduce el edema, prepara la herida para el
cierre y potencia la formación de tejido de granulación (ayuda a cicatrizar).
Además de eliminar el material infeccioso. Es muy importante cubrir la zona con
unas láminas adhesivas transparentes para que el vacio no se pierda y no haya
fugas. El aparato detecta perfectamente cuando se interrumpe la terapia, cuando
hay fuga o cualquier problema. Te avisa mediante un pitido y en la pantalla
puedes leer cual es el problema.
Al
principio cuando pitaba nos poníamos muy nerviosos y casi corríamos a llamar a
la enfermera cuando el aparato empezaba a pitar y se interrumpía la terapia.
Pero la realidad es que no pasa absolutamente nada, mientras avises. En
realidad ni aunque deje de funcionar horas!
Es necesario
cambiar la esponja cada 3 o 4 días, así como el depósito donde se almacena el “líquido”.
El depósito se cambia cada vez que se llena, pero no tiene por qué coincidir
con el cambio de la esponja. Al principio lo hacían en quirófano, no es una
cura sencilla, pero a partir del cuarto cambio lo empezaron a hacer en la
habitación. Lo que si es muy importante es no mojar la zona, hay que tener
cuidado cuando se duchan.
Al
final nos dieron el alta, hace casi un mes, pero con VAC portátil, que también
los hay. Ahora se lo cambian una vez a la semana y me enseñaron a cambiar el
depósito, lo que hace que nos “ahorremos” paseo al hospi. Eso si, reconozco que
nos ha cambiado la vida el poder estar en casa J


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